viernes, 24 de abril de 2015

La etiqueta de anís del mono

¿Recordáis el dibujillo de la etiqueta de anís del mono? Si no, buscadlo en google... ¿lo tenéis ya? Pues ese mono que veis cogiendo una botella, ese mono con barba es Charles Darwin.
Cuando el genial científico inglés escribió "El Origen de las Especies" explicando la teoría de la evolución mediante la selección natural, casi toda la sociedad inglesa y europea lo trató de tarado y lo ridiculizó en diferentes medios, como por ejemplo en esta imagen del famoso anís de Badalona de 1879 donde se comparaba a Darwin con un simio (dado que este "loco" investigador tuvo la "osadía" de afirmar que el hombre y el mono tienen un pasado común). Dos siglos más tarde, la teoría de la evolución por selección natural está tajantemente aceptada y supone uno de los pilares más importantes de la historia de la biología. Pero claro, en aquella época la teoría de Darwin no le convenía en absoluto a las clases poderosas, burguesas y eclesiásticas, ya que suponía una demostración de la falsedad de sus teorías creacionistas y divinas por las cuales mantenían a la población quieta, atemorizada y rezando, mientras ellos vivían como curas y reyes, propiamente dicho.
Esto ocurrió a finales del siglo XIX, pero la campaña de desprestigio que se organizó me recuerda mucho a lo que sucede actualmente en la sociedad española y europea. Y es que cada vez que alguien propone nuevas ideas de convivencia más justa o defiende soluciones socioeconómicas un poco más igualitarias, las clases privilegiadas se apresuran para tildarlos de ingenuos, vendemotos y antisistemas, y aseguran que esas ideas llevarían a una catástrofe y a un caos digno del mismísimo apocalipsis. 
Y no es así, en absoluto. No hemos de tener miedo a nuevas propuestas que rompan con lo establecido, porque de hecho es lo que hace avanzar a una sociedad. No nos quedemos paralizados ante las amenazas infundadas de las élites económicas y poderes finacieros, ya que por encima de todo ellos van a defender sus avariciosos intereses, y si para mantener su posición privilegiada tienen que negar al mismísimo Darwin, no dudéis que lo pintarán de mono.


1 comentario:

  1. El mono de Cai coincide con el mono de La Mezquita... voy por un plátano, tengo hambre

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