jueves, 22 de octubre de 2015

PEQUEÑO MANUAL DE AUTOAYUDA PARA ESCÉPTICOS, by El Rodri

Finales del siglo XVIII, la Revolución Francesa marca el final del feudalismo y abre la puerta de la nueva clase de poder, la burguesía. La Asamblea Nacional Francesa debate sobre el nuevo papel del Rey y la posibilidad de que, en un futuro, este tenga la capacidad de vetar las leyes que brotarán de esta Asamblea, elegida por el pueblo. Partidarios del veto del Rey, se posicionaron a la derecha del Presidente de la Asamblea Constituyente, mientras que aquellos a favor de la soberanía nacional, se situaron a la izquierda.

Este hecho histórico puso nombre a una lucha todavía más antigua: Esclavos contra Amos, Vasallos contra Señores,  Proletariado contra Burguesía… etc. Parece una guerra antigua, pero está muy presente, y si no ¿Dónde crees que están los que controlaban la economía y los medios de producción hace 300 años?, ¿han desaparecido sin más?, ¿o se han perpetuado en instituciones que han ido cambiando de nombres pero siguen teniendo un mismo objetivo?

El objetivo es claro, la acumulación de riqueza, lo cual solo puede conseguirse a costa de la pobreza de los demás; y entonces ¿Qué nos queda a la gran masa social?, ¿mendigar un trabajo, una vivienda y un capricho de vez en cuando?…, cuanto menos unidos y más dispuestos a pisar a nuestros iguales estemos, mucho mejor para “Ellos”, les hacemos el trabajo. Nos quieren individualizados, conformistas, remando solos ante la desigualdad, el pensamiento colectivo y revolucionario puede hacerles mucho daño. 

El desequilibrio de fuerzas es abrumador ¿Cómo cambiar un sistema que se ha perpetuado/heredado durante tanto tiempo?, sin duda no es fácil. El “Poder” ha aprendido a camuflarse en grandes organizaciones y multinacionales, ha mutado tantas veces que es muy difícil de identificar, se ha segregado en pequeñas partes de un todo que funcionan eficazmente para  mantener sus privilegios.

De vez en cuando nos venden la historia de un humilde empleado textil que llegó a tener una gran multinacional de tiendas de ropa partiendo de la nada, nos la ponen delante cual zanahoria para que como burros, rebuznemos alegres y felices pensando que en este sistema hay igualdad de oportunidades.

A los obreros alemanes, les dicen que la culpa de sus desgracias la tienen los obreros europeos del sur; a los obreros catalanes, les dicen que la culpa de sus problemas la tienen el resto de obreros de España; al obrero madrileño le cuentan que el culpable de que no pueda llegar a fin de mes, es el agricultor andaluz…, podemos seguir poniendo ejemplos pero la conclusión es clara: nos quieren enfrentados, trabajadores alemanes contra trabajadores españoles, estos contra trabajadores catalanes, y al final,  ¿quién se enfrenta a los de “Arriba”?

Todo parece que lleva a un callejón sin salida, te sientas y miras al frente con la mirada perdida, esperando que tus ojos aún puedan ver la desigualdad, que tus manos no sepan coger lo que no te hace falta y que tu espalda nunca se doble cuando pienses en claudicar… coges aire, para que  el último aliento que se escape de tu garganta, sea el grito de ¡REVOLUCIÓN!



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