miércoles, 16 de diciembre de 2015

La voz de tu coherencia

Hola, soy tu coherencia y te pido que me prestes atención, como parte de ti mismo que soy.
Estoy enferma, muy enferma, tanto que he decidido escribirte directamente como última opción para que me salves y nos salvemos, ya que si muero yo, en cierta manera mueres tu también. De este modo a partir de ahora hablaré de nosotros.
Nuestra enfermedad no radica en que no actuemos conforme a nuestras ideas, ya que sí que lo hacemos; nuestra enfermedad radica en las ideas que tenemos conforme a la situación en la que estamos.
Puede que ahora tengamos un trabajo y no nos falte casi de nada, digamos que vivimos más o menos bien... tenemos un coche, una casa, trabajamos, comemos, dormimos, salimos al cine, nos vamos de vacaciones... con lo que aparentemente sería coherente que defendiéramos el sistema socioeconómico actual; total, a nosotros “nos va bien”.
Pues ahí exactamente es donde radica el problema. Nosotros somos clase trabajadora, tal y como lo fueron nuestros padres y como lo serán nuestros hijos, y tenemos que ser conscientes de que en cualquier momento nuestra situación puede cambiar (seguro que tenemos en mente ahora mismo algún ejemplo de una vez que cambió todo de la noche a la mañana casi sin darnos cuenta). Por lo tanto, tenemos que defender una estructura social y un modelo económico que nos proteja ante las situaciones adversas que tarde o temprano llegarán; si no es a nosotros mismos a nuestros hijos y si no a nuestros nietos. Ya dijo Ortega y Gasset: “Yo soy yo y mi circunstancia”, así que tenemos que luchar porque nuestra circunstancia esté protegida.
Hemos de tener muy claro que los grandes poderes y élites económicas tienen su propia circunstancia y están luchando por mantenerla. Su coherencia entonces goza de muy buena salud, y aunque sean enormemente insolidarios y egoístas, ellos pelean por mantener sus privilegios, que heredarán sus hijos y sus nietos. ¿Y sabes cuál es su mejor arma? No, no son las espadas, o la religión, como en otras épocas del pasado, ahora es otra muchísimo más potente y letal: la opinión. Nos hacen creer que el sistema no se puede cambiar, que ellos están en la élite por meritocracia y que cualquiera de nosotros con esfuerzo puede llegar a formar parte de este grupo privilegiado. Y todo esto es una gran mentira que nos hace estar como burros con anteojeras detrás de la zanahoria.
Según Oxfam Intermón, el 1% de la población española concentra el 80% de la riqueza de España. Es un dato brutalmente aplastante y al que se ha llegado simplemente por apoyar las políticas neoliberales de la derecha española y europea.
Vamos a quitarnos de una vez las anteojeras y luchemos por una sociedad más justa e igualitaria. No seamos ilusos además de egoístas. Que nuestra meta no sea llegar a este 1% por dos razones; la primera, por egoístas, porque denotaría nuestra insolidaridad y avaricia; la segunda, por ilusos, porque sencillamente es imposible. Si alguna remota vez a lo largo de la historia  un trabajador ha llegado a este 1% de entre decenas de millones de trabajadores no olvidéis que ha sido porque estas élites económicas lo han querido así, lo han favorecido y ayudado, ya que le viene como anillo al dedo el cuento del pobre que se convirtió en rico tras años de esfuerzo y trabajo. Y así nos mantienen con las anteojeras mirando a la zanahoria.
Estoy enferma, muy enferma, tanto que he decidido escribirte para que pienses en la gente de tu alrededor y más allá de tu alrededor que lo está pasando mal. Y si no piensas en ellos por solidaridad hazlo al menos por empatía y mirando por ti mismo, ya que en cualquier momento esta gente podemos ser nosotros mismos.
Nos volveremos a ver dentro de poco, pero me gustaría despedirme con un mensaje de esperanza. Te conozco muy bien, vamos juntos a todos lados prácticamente desde que naciste, sé que eres una persona inteligente, íntegra, generosa y solidaria, así que confío en ti para que me salves, confío en ti para que me des un buen uso, un uso a tu coherencia.



1 comentario:

  1. Muy acertado Rubén, leí hace poco que las cifras que comentas son record en desigualdad, tiempos oscuros..."sólo" para muchos.
    Un abrazo desde Sevilla!!!

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